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Este es un artículo que salió publicado en el "Faro de Bolívar" Pág. 3

En tí bebí la sed de las vocales y en tí bebí la sed del JAULA-KEPIS-KIOSCO- "LA ZORRA CAZO EL POLLO" y del "NIÑO SUBE Y BAJA" y en tí apagué la sed del deletreado, silabeando y coreando la Mantilla primera.


1912- Hermoso cielo de Chalchuapa en una fresca mañana de Enero, olorosa a las flores de recedo y adornada con los típicos árboles florecidos de "S. Andrés". La Aurora policromada en poeticos crepúsculos, que otrora le cantaran nuestros antepasados, y que nosotros en ausencia hemos conteplado en nuestra imaginación; aquel día danzaban con mi corazon de fiesta. Era mi primer día en la Escuela. Escasa media cuadra de mi casa, y me parecía tan distante, tales eran mis ancias de poder llegar y decir: "Buenos dias niña Luisa", (Doña Luisa Moran Castro, entonces directora) Buenos días niña Merceditas. El instante soñado llego al fin en esa inolvidable mañana, y de la mano de mi madre me presente por pimera vez a la Escuela de Niñas (Hoy Simón Bolivar) Después de las preguntas de preámbulo fuí llevada al grado de la niña Merceditas. Me sentaron en un pupitre bien recta, con las manos puestas juntas sobre la tabla escritorio y empezó la clase, con la voz clara serena y cariñosa como la misma que hoy escuchan los alumnos del Colegio "La Fe".

Esa misma voz maternal, fraterna, amiga, de esa valerosa y sufrida Maestra MERCEDITAS AVILES COLON, y para quien va mi reconocimiento en sus cincuenta años de Ministerio, cincuenta años de cargar la responsabilidad de enseñar al que no sabe. Ardua labor, pero divina para su noble corazón de verdadera Maestra. Al igual que el Divino Nazareno, su vía crucis ha sido de espinas que le han dado los incomprensivos, pero en su pueblo también hay personas que la quieren y en un solo gozo se han volcado en el grandioso día de sus "Bodas de Oro".

Mi voz no alcanza a cantar la vida virtuosa de esta querida Maestra, pero el pueblo todo de Chalchuapa lo reconoce, y esta unión de corazones agradecidos cantaremos como el poeta:

"Mi voz no puede levantar su acento
para desearte a más de los que tienes
otros años de lucha y sufrimiento.

Pero mi voz te dá sus parabienes
porque sé que hasta el último momento
brillará la honradez sobre tus sienes"

ZOILA ORBELINA HIDALGO

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